El experimento de Everett [Parte 1/2]


El experimento de Everett


Las 5:30 de la mañana y Guillermo seguía sin poder dormir. En menos de tres horas se tenía que levantar para ducharse, desayunar, vestirse e irse al laboratorio del que su hermano era dueño.

Éste le había ofrecido la semana anterior formar parte de un proyecto que aseguró que iba a revolucionar el mundo. Desde entonces no podía más que contar las horas restantes para poder formar parte de semejante propósito. En el último año su vida había sido una constante derrota tras otra, perdiendo  todo lo que alguna vez amó, incluido su trabajo y su pareja, con la que había compartido los últimos trece años de su vida, y la idea de ser testigo de algo tan ambicioso como lo que su hermano proponía hizo que por primera vez en meses tuviera ganas de alzarse de la cama.

Sabiendo que no iba a poder pegar ojo, Guillermo decidió levantarse. De nada servía seguir tumbado. Así pues, se dio una buena ducha de agua fría para despejar la mente, y al salir de ésta, aprovechando que su hermano no le había puesto ninguna traba en lo que podía o no podía desayunar ese día, decidió prepararse su desayuno favorito al estilo americano: Un huevo frito con chorizo, y para acompañar, unas patatas fritas cortadas en gajos, como a él le gustaban. 'Don Colesterol debe estar dando palmas', bromeó consigo mismo. 

Tras acabar con el desayuno, encendió la cafetera, y mientras el café se hacía, decidió volver a su habitación para elegir qué se iba a poner. Prefirió no ir demasiado formal, puesto que iba a ver a su hermano. Tras vestirse, Guillermo volvió a la cocina para tomarse con presteza su café, acicalarse el pelo frente al espejo del vestíbulo, coger las llaves y la cartera y salir de casa.

El laboratorio quedaba a más de 30 kilómetros, pero aquella mañana las carreteras estaban desérticas, así que llegó a su destino en un suspiro. Aparcado a unos metros de la entrada, reparó en la inmensidad del lugar, contó más de quince plantas y pensó entonces si no había cometido un error vistiendo tan informal en un complejo que parecía tan respetable. Recordó que el horario de su hermano lo mantenía encerrado en el laboratorio desde el ocaso hasta bien pasado el amanecer, así que imaginaba que estaría dentro. Se bajó del coche y se dirigió hacia la puerta, donde una chica de apariencia mucho más joven que él le estaba esperando.

- Buenos días, Guillermo, ¿Verdad?
- Así es -dijo sorprendido-, ¿Me estabais esperando? ¿He llegado tarde? Creía que Hugo había dicho que estuviera aquí sobre las nueve.
- -Ella sonrió- Tu hermano comentó que, conociéndote, serías incapaz de dormir y acabarías viniendo antes de tiempo, así que me mandó aquí a esperar a que llegaras. Aunque ni siquiera me has dado tiempo a que me acomodara, has tardado menos de lo esperado.
- Mira, al menos mi impaciencia ha evitado que cogieras un resfriado. Va, no hagamos esperar a mi hermano, ¿Me llevas a donde esté, por favor?

La chica asintió y caminó hacia el interior del laboratorio. Él la siguió, y tras cruzar la puerta principal, Guillermo se sintió fascinado por la belleza del lugar. El color blanco inmaculado de las paredes, seguido del aroma a vainilla que le había asaltado nada más poner un pie dentro, y el hilo musical, una canción a piano que creía conocer, le transportaron al paraíso. Fue entonces cuando recordó de qué canción se trataba.

- Ah, 'la vie en rose', ¿Me equivoco?
- Una de las canciones favoritas de tu hermano, aunque los que trabajamos con él estamos un poco cansados de escucharla día tras día, no te voy a mentir.
- -Guillermo se echó a reír- De pequeño era igual, desde que la escuchó por primera vez se pasaba los días tarareando esta canción. Supongo que es un romántico.
- Sí, -sonrió- supongo. Por aquí, por favor.




Tras un laberíntico recorrido por las instalaciones, subiendo más plantas de las que Guillermo creía haber contado desde fuera, se detuvieron ante una sala.


- Hugo, aquí está tu hermano. -Dijo la chica, tras abrir la puerta de la habitación-
- ¡Guillermo! -Se giró hacia ellos- Sabía yo que ibas a llegar temprano... -Miró hacia la chica- Gracias querida, si no tienes nada que hacer quédate por aquí, puede que necesite una mano extra. Ahora, tu, Guillermo, ven, no tienes ni idea de qué haces aquí, ¿Verdad?
- Solo sé lo que me comentaste de que este experimento puede llegar a cambiar el mundo. Por cierto, desde fuera el edificio es enorme, pero desde dentro lo parece aun más.
-Hugo se echó a reír-  Y que lo digas, este lugar es inmenso, después de tantos años trabajando aquí todavía no sé qué hacer con tanto espacio, tengo alas de algunas plantas completamente vacías.Ah, y tanto como cambiar el mundo no, pero sí las personas. Ven que te explique un poco de qué va esto...


Ambos caminaron hacia una camilla ubicada en la otra punta de la estancia. Sobre esta yacía una especie de cuenco con cables que estaban conectados a lo que parecía ser una caja de metal con varios botones y una pantalla.

- Te presento al invento que revolucionará nuestra forma concebir las decisiones pasadas. Está en fase de desarrollo, por eso ahora mismo tiene este aspecto de... objeto sacado de una serie de ficción con poco presupuesto, pero cuando los resultados empiecen a ser satisfactorios y empiece a llover el dinero de nuestros inversores, trabajaremos en la apariencia.
- ¿Y exactamente para qué sirve este aparato? -Guillermo cogió el casco y se lo puso en la cabeza, extrañado- Supongo que no me dirás que sirve para controlar las mentes de otras personas o viajar en el tiempo. -sonrió-
- No te has equivocado por mucho hermano. Esta máquina sirve para hacerte ver todo aquello que no pudiste vivir en algún momento de tu vida. ¿Te acuerdas cuando papá y mamá se separaron? Esta máquina permite saber qué habría sido de nosotros si, en vez de haber elegido quedarnos con mamá, hubiéramos elegido irnos con papá.
- Pero esto no es real, ¿Cómo va a saber esto una máquina? -Guillermo parecía confuso-
- Para responder a esto debo hacerte una pregunta antes, ¿Qué es real para ti?
- Esto, lo que está pasando ahora mismo, esta conversación, y todo por lo que he pasado hasta llegar a aquí.
- Y si yo te dijera que tras la puerta que hay frente a esta sala están concibiendo una  vida humana a través de un embrión artificial, ¿Para ti eso sería también real? -Sonrió, parecía estar divirtiéndose con la conversación-
- Iría y lo comprobaría. Abriría la puerta de esa sala y si al abrirla me encontrara con un embrión artificial, sabría que tu afirmación es correcta.
- Pues eso es precisamente lo que hace esta máquina, Guillermo. -Esta vez no fue Hugo quien habló, sino la chica que lo había acompañado desde la entrada del laboratorio-
- Sigo yo, Rosa, gracias. Efectivamente, esto es lo que hace. A resumidas cuentas, esta máquina te permite abrir todas esas puertas que te dejaste por abrir a lo largo de tu vida y hacerlas reales en tu mente. Ninguna elección no tomada del pasado quedará sin respuesta, y a partir de ahí, podrás saber mucho más. Y para ti será tan real como si lo vivieras ahora. -Se echó a reír- Desconoces cómo funciona esto así que te lo voy a explicar antes de que sigamos. Este aparato analiza todo lo que tienes almacenado en tu cerebro, que es eso: Todo. Desde tu primer llanto hasta este momento exacto. En tu cabeza tienes una serie de patrones, gestos, frases, no solo tuyos, si no de todos los que te rodean. Eso es lo que analiza, todo lo acumulado, y a partir de ahí simula un escenario con la información recopilada con una exactitud del 90%. Aquí entras tu, mediante ensayo y error pretendemos conseguir que ese 90% pase a ser un 100% y para ello necesitamos tu ayuda, pero, ¿por qué crees que te elegí a ti y no, por ejemplo, a Rosa? -Dijo, señalando hacia la mujer que en esos momentos parecía sentirse afligida-
- No lo sé, dímelo tu...
- Has pasado por mucha mierda, hermano mío, en muy poco tiempo además. Has sufrido dos traiciones que han hecho mella en tu estado anímico, y considero que eres el sujeto perfecto, tu deseo de revivir el pasado será tan fuerte que no te costará evocar tus recuerdos. -sonrió- Sé que puede sonar crudo, pero es la realidad, y tu ayuda podría suponer un gran progreso para nuestro proyecto.


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